Qué es la farmacognosia y cuál es su rol en la medicina moderna
¿Sabías que más del 50 % de los medicamentos que se utilizan hoy en día tienen su origen en compuestos naturales? La morfina, la quinina, la penicilina o el paclitaxel no nacieron en un laboratorio, sino en una planta, un hongo o un árbol. A pesar del avance imparable de la síntesis química, seguimos recurriendo a la naturaleza para descubrir principios activos que cambian la vida de millones de personas.
Aquí es donde entra en juego la farmacognosia, una ciencia tan antigua como la medicina, pero más vigente que nunca. Estudia, selecciona y transforma sustancias naturales para convertirlas en tratamientos eficaces, seguros y sostenibles. Es la puerta de entrada a muchos de los medicamentos que terminan en nuestros botiquines, pero también a productos cosméticos, complementos alimenticios y terapias naturales con respaldo científico.
Para quienes desean profundizar en este universo donde la naturaleza se convierte en salud, existen programas formativos que permiten especializarse con una mirada actual. Uno de ellos es el Grado Universitario en Farmacia de UNIE Universidad, donde la farmacognosia ocupa un lugar clave dentro de un enfoque innovador y práctico de la formación farmacéutica.
Farmacognosia: definición y alcance
La farmacognosia es una rama de la ciencia que se dedica a estudiar los remedios que nos da la naturaleza. Estas sustancias pueden venir de plantas, animales, hongos o incluso microorganismos. Lo que busca esta disciplina es descubrir qué compuestos naturales tienen propiedades medicinales y cómo podemos usarlos de forma segura y eficaz, ya sea para tratar enfermedades, aliviar síntomas o mejorar nuestro bienestar general.
Pero no solo se trata de buscar nuevas medicinas. La farmacognosia también estudia cómo se recolectan, se procesan y se conservan estos recursos naturales. Además, analiza no solo sus efectos beneficiosos, sino también los posibles efectos secundarios o tóxicos, algo fundamental para que podamos usarlos sin riesgos.
Importancia de la farmacognosia
¿Y por qué es importante? La respuesta es simple: porque nos ayuda a encontrar nuevas formas de curarnos usando lo que nos da la naturaleza. Gracias a la farmacognosia, los científicos pueden descubrir moléculas que tienen ciertos efectos sobre el cuerpo que muchas veces no se pueden fabricar en un laboratorio de forma artificial.
Un ejemplo muy potente es el paclitaxel, un medicamento que se usa en quimioterapia para tratar distintos tipos de cáncer. ¿Sabes de dónde viene? De la corteza del tejo del Pacífico, un árbol que crece en zonas húmedas de América del Norte. Y eso es solo uno de muchos ejemplos.
Aplicaciones de la farmacognosia en la industria farmacéutica, cosmética y alimentaria
- Industria farmacéutica (los medicamentos): muchos de los medicamentos que tomamos hoy en día vienen directamente de la naturaleza. Por ejemplo, la morfina, usada para aliviar el dolor, se obtiene de la planta de la adormidera.
- Industria cosmética (el cuidado personal): seguro que has usado alguna vez cremas o productos con aloe vera, aceite de coco o manzanilla. Todos estos ingredientes naturales se usan en cosméticos porque tienen propiedades buenas para la piel y el cabello.
- Industria alimentaria (lo que comemos): en la comida también encontramos sustancias naturales con funciones muy útiles. Algunos se usan como conservantes o colorantes naturales. Otros, como los antioxidantes de frutas y verduras, se estudian por sus efectos positivos sobre la salud.
Etapas de la investigación farmacognóstica
Recolección de datos y cultivo
Primero hay que buscar y seleccionar las especies naturales que puedan tener algún tipo de beneficio para la salud. Esto se puede hacer de muchas formas: hablando con comunidades locales y aprendiendo de su conocimiento tradicional, consultando libros y artículos científicos, o directamente explorando en la naturaleza, recolectando muestras y analizándolas.
Cuando ya se ha identificado una especie prometedora, se cultiva en condiciones controladas, para asegurar que siempre tenga la misma calidad y que produzca los compuestos que interesan.
Preparación y desecación
Una vez recogidas las muestras, hay que limpiarlas bien y prepararlas para el secado. Este paso es fundamental, porque si no se hace bien, los compuestos activos pueden degradarse o perder propiedades. Dependiendo del tipo de material, se puede secar al aire libre, al sol o en estufas especiales que controlan la temperatura y la humedad.
Extracción y estabilización de principios activos
Una vez que el material está seco, se pasa a la fase de extracción. Aquí se utilizan líquidos como agua o alcohol para aislar los compuestos que interesan, es decir, los que tienen el efecto terapéutico.
Después de extraerlos, hay que estabilizarlos, para que no se estropeen ni pierdan su efecto con el tiempo. Esto puede hacerse con técnicas como la liofilización (una especie de secado en frío) o el uso de conservantes naturales.
Molienda, embalaje y almacenaje
El último paso es convertir todo ese material en un polvo fino, que será mucho más fácil de manejar y de usar en la fabricación de medicamentos o suplementos.
Este polvo se guarda en envases especiales y se almacena en lugares donde no le afecten ni la humedad ni la luz, para que conserve todas sus propiedades hasta que llegue el momento de usarlo.
Áreas terapéuticas de la farmacognosia
Fitoterapia
La fitoterapia es el uso de plantas medicinales para prevenir o tratar enfermedades. Se trata de una práctica que viene de muy lejos (piensa en nuestras abuelas usando manzanilla para el dolor de tripa), pero que hoy en día se combina con estudios científicos para asegurarnos de que realmente funciona.
Opoterapia
La opoterapia es una parte menos conocida de la farmacognosia, pero también muy interesante. Se basa en usar extractos de órganos de animales para tratar ciertas enfermedades humanas. Aunque puede sonar extraño, esta técnica se ha usado desde hace siglos. Hoy en día, su uso es más puntual y está muy controlado, pero sigue siendo útil en algunos casos, como el uso de insulina (que en sus primeras versiones venía del páncreas de cerdos o vacas) para tratar la diabetes o el uso de hormonas tiroideas derivadas de animales para personas con problemas de tiroides.
Biotecnología vegetal en la farmacognosia
Producción de plantas medicinales
Hoy, las plantas medicinales no solo crecen en el campo. Muchas se producen en laboratorios gracias a la biotecnología. ¿Qué significa esto? Que ya no dependemos del clima, del suelo o de la temporada para obtenerlas. Se pueden cultivar células vegetales en pequeños frascos, en espacios controlados, sin necesidad de plantar una semilla.
Esto sirve para poder tener siempre disponible la planta que necesitamos, en grandes cantidades y con la misma calidad. Por ejemplo, si una planta contiene un principio activo útil para aliviar el dolor o tratar una enfermedad, se puede reproducir en laboratorio de forma controlada, segura y sostenible.
Innovaciones biotecnológicas
La biotecnología va mucho más allá de cultivar plantas. Ahora se pueden modificar genéticamente algunas especies para que fabriquen más cantidad de una sustancia, o incluso para que produzcan algo nuevo, como proteínas usadas en medicamentos.
Por ejemplo, hay plantas diseñadas para producir vacunas. Literalmente. Se cultivan en invernaderos especiales, y al procesarlas, se extraen esas proteínas que luego se usan para tratar enfermedades.
Innovaciones en la extracción de principios activos
Técnicas modernas de extracción
Sacar el principio activo de una planta no es tan fácil como preparar una infusión. Para hacerlo bien, hay que usar técnicas que permitan obtener lo mejor de esa planta, sin estropearla y sin contaminar el producto final.
Hoy se usan métodos como la extracción con ultrasonidos, que agita las células de la planta hasta que liberan sus compuestos, o la extracción con CO₂ supercrítico, que permite obtener sustancias sin dejar residuos. También se usan microondas para acelerar el proceso sin aplicar calor excesivo.
Mejora de la eficiencia y sostenibilidad
Uno de los grandes avances en este campo es que ahora se puede extraer más y mejor, pero también de forma más limpia. Antes se necesitaban muchos recursos y se generaban muchos residuos. Hoy, con estas nuevas técnicas, se puede reutilizar lo que antes se tiraba, ahorrar energía y reducir el uso de disolventes tóxicos. Además, estas mejoras permiten producir a gran escala sin que eso signifique agotar recursos naturales ni contaminar más.
Si todo esto te ha despertado la curiosidad —si te ves investigando, cultivando, analizando o desarrollando nuevas formas de cuidar la salud a través de lo natural—, quizá este sea solo el principio. El Grado Universitario en Farmacia de UNIE Universidad es una puerta para adentrarte de lleno en este mundo y convertir esa inquietud en una profesión con impacto real en la salud.
