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Tips para tomar apuntes desde el primer día sin agobiarse

Collage de mano sosteniendo un lápiz

Primer día de universidad. Entras en el aula, sacas tu cuaderno —o el portátil— y te sientas donde puedes. Hay gente que escribe sin parar, otros que solo escuchan, algunos graban la clase y tú… bueno, tú miras la pizarra y te preguntas si vas a ser capaz de seguir el ritmo. Todo es nuevo. El profesor no dicta, no hay esquemas claros, y tú no sabes muy bien qué deberías estar apuntando. Te invade una mezcla de nervios, torpeza y esa sensación incómoda de estar improvisando más de lo que te gustaría.

A muchos nos pasa. Y es normal. El salto del instituto a la universidad no es solo un cambio de contenidos o de profesores: es una forma completamente distinta de aprender. Aquí los apuntes los haces tú, a tu manera, con tu criterio y tu estilo. Y es importante encontrarlo cuanto antes.

Por eso queremos ayudarte a tomar apuntes desde el primer día sin perder la calma. Porque en la universidad —y especialmente en una como UNIE, que apuesta por un aprendizaje conectado con la vida real— tus apuntes no solo son apuntes: son la base sobre la que vas a construir tu forma de pensar, trabajar y enfrentarte al mundo.

¿Por qué es clave tomar buenos apuntes en la universidad?

Tomar apuntes no es solo escribir lo que dice el profesor. Es aprender a escuchar, a seleccionar lo importante y a ponerlo por escrito de forma que luego lo entiendas. Si lo haces bien, tus apuntes se convierten en una especie de guía personalizada para estudiar. Si lo haces mal —o simplemente no lo haces—, vas a llegar al examen sin una base clara sobre la que estudiar.

El cambio de dinámica respecto al instituto

En el instituto todo estaba más guiado: los profesores marcaban lo importante, los exámenes solían ir sobre lo que venía en el libro, y los apuntes muchas veces eran dictados o esquemas que hacías con calma. En la universidad eso cambia. No siempre hay libro, no siempre hay PowerPoint, y muchas veces ni siquiera hay una estructura clara en lo que se explica.

Eso significa que ya no puedes limitarte a copiar lo que ves o a tomar nota palabra por palabra. Aquí se espera que sepas filtrar, organizar ideas, resumir conceptos y construir un sistema que te ayude a seguir el ritmo de las clases. No es difícil, pero sí diferente.

Tus apuntes: el secreto para entenderlo todo y sacar mejores notas

Aunque no lo parezca, unos buenos apuntes no solo te ayudan a estudiar cuando llegan los exámenes, sino que te obligan a prestar atención en clase, a reflexionar sobre lo que estás escuchando y a ponerlo en tus palabras. Eso hace que lo entiendas mucho mejor.

Además, si tomas apuntes de forma constante, vas construyendo un archivo personal de cada asignatura que puedes consultar en cualquier momento. Algo muy útil para los exámenes finales.

Aprende a tomar apuntes en la universidad desde cero

¿Papel o digital? Pros y contras de cada opción

Esta es una de las primeras decisiones que vas a tener que tomar: ¿apuntas a mano o con el ordenador? Las dos opciones son válidas, pero no funcionan igual.

  • Escribir a mano suele ayudarte a recordar mejor lo que estás escuchando. Como no puedes escribir todo literalmente, te obliga a resumir, a reformular, a entender antes de escribir. Además, en clase te distraes menos y te enfocas más.
     
  • Eso sí, el ordenador tiene sus ventajas. Puedes escribir más rápido, copiar estructuras que se repiten, buscar términos al vuelo o guardar todo en la nube sin miedo a perder nada. Si sabes mantener el foco y evitar distracciones, puede ser una muy buena herramienta.

Prueba diferentes estilos hasta encontrar el tuyo

Otra cosa importante: no todos los apuntes tienen que verse igual. Hay personas que necesitan estructura y orden, otras que piensan en imágenes, otras que lo resumen todo con listas. No hay un único estilo correcto.

Puedes empezar probando distintos métodos: esquemas, mapas mentales, listas de viñetas, tablas, resúmenes con colores... Y lo más probable es que acabes combinando varios según el tipo de contenido.

Métodos eficaces para tomar buenos apuntes en clase

El método Cornell: estructura para entender mejor

Este método es sencillo y muy útil si quieres tener tus apuntes organizados desde el principio. Se divide la hoja en tres partes: una columna a la izquierda para palabras clave o preguntas, otra a la derecha para las notas principales, y un espacio al final para escribir un resumen con tus palabras. La gracia del método Cornell es que te obliga a interactuar con lo que has escrito.

Mapas mentales y esquemas: visualiza lo que aprendes

Si eres más visual, puede que lo tuyo sean los mapas mentales o los esquemas. Un mapa mental parte de una idea central y se va ramificando con conceptos relacionados. Es perfecto para asignaturas donde hay que ver conexiones entre temas, como psicología, historia o marketing.

Bullet points + códigos: simplifica sin perder contenido

Las listas con viñetas son una forma práctica y rápida de tomar apuntes cuando el contenido va muy directo al grano. Puedes usar símbolos, abreviaturas o incluso colores para marcar definiciones, ejemplos, dudas, cosas importantes, etc. Este sistema funciona especialmente bien cuando el contenido es muy técnico o cuando ya tienes cierta soltura resumiendo ideas. Te permite ir rápido, pero sin perder lo esencial.

Cómo hacer apuntes que luego puedas estudiar de verdad

La magia de repasar o "reescribir" tus notas cuanto antes

Vale, has tomado apuntes en clase. Bien. Pero aquí viene lo que marca la diferencia: no los dejes tirados hasta el día antes del examen. El truco está en revisarlos cuanto antes. Lo ideal es hacerlo ese mismo día, o como mucho al día siguiente. ¿Por qué? Porque aún tienes fresca en la cabeza la explicación del profesor, lo que no entendiste del todo, o aquello que dijiste “esto ya lo buscaré luego”.

Cómo organizar tus apuntes para cada asignatura

Tener todos los apuntes mezclados es como buscar una aguja en un pajar. Por eso es clave organizarte desde el principio. Puedes usar libretas diferentes para cada asignatura si escribes a mano, o carpetas separadas si tomas apuntes en el portátil. Pero lo importante es que haya un sistema y que lo mantengas.

Empieza siempre cada clase con la fecha bien clara y el título del tema. Así luego, cuando busques algo, sabrás de qué va sin tener que abrir mil páginas. Puedes dejar un espacio para anotar dudas o cosas que quieras repasar más adelante. Y si usas una app como Notion o Google Docs, pon etiquetas o títulos que te ayuden a encontrar cada contenido rápido.

Colores, subrayados y anotaciones: ¿ayudan o despistan?

Aquí hay división de opiniones, pero básicamente usar colores o subrayados ayuda, sí, pero solo si lo haces con lógica. No se trata de que todo el apunte parezca una feria. La clave es que cada color tenga un propósito. Por ejemplo: amarillo para definiciones, azul para ejemplos, rosa para dudas, verde para ideas clave. Así, cuando vuelvas a mirar los apuntes, tu cerebro sabrá en qué fijarse sin esfuerzo.

Así que sí, tus apuntes pueden ser tu mejor aliado para aprender y estudiar sin agobios... si los haces bien. Lo importante no es que sean bonitos, sino que te sirvan. Y si los organizas con cabeza, los revisas con tiempo y les das tu toque personal, se convertirán en la herramienta que más vas a agradecer durante el curso. En UNIE Universidad, apostamos justo por eso: que cada persona encuentre su manera de aprender y la haga suya desde el primer día.

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