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Aprender en la era del scroll: cómo concentrarse cuando todo compite por tu atención

UNIE Universidad
Manos de mujer utilizando un móvil

Vivimos en la era del scroll infinito. Los pulgares suben, bajan, deslizan, saltan de una notificación a otra sin apenas darnos tiempo para respirar. Un estudio de Microsoft reveló que el tiempo medio de atención humana ha caído a apenas ocho segundos, menos que el de un pez dorado. Ocho segundos para que una idea, una imagen, una frase consiga retenernos antes de que el siguiente estímulo nos robe nuestra atención.

La atención se ha convertido en el bien más escaso de nuestra generación, y aprender a protegerla es, quizás, el nuevo superpoder. Pero entre tanta distracción no está todo perdido. Las ciencias cognitivas, la neuroeducación y las nuevas metodologías de aprendizaje ofrecen pistas sobre cómo recuperar el control de nuestra mente y volver a disfrutar de la concentración profunda, esa que te permite entender de verdad, crear, y recordar.

En UNIE Universidad, creemos que aprender en la era digital no significa rendirse al ruido, sino encontrar nuevas formas de atención. Por eso exploramos cómo estudiar, enseñar y pensar con sentido en un mundo hiperconectado.
 

¿Por qué nos cuesta tanto concentrarnos en la era digital?

Economía de la atención: así compiten las apps por tu foco

Hoy, las aplicaciones no quieren que las uses, quieren que no puedas dejarlas de utilizar. Cada sonido, cada notificación y cada color está pensado para que sigas dentro un poco más. A eso se le llama “economía de la atención”, un sistema donde lo más valioso no son los datos ni el dinero, sino tus segundos mirando una pantalla. Las redes sociales, los juegos, los vídeos cortos… todos compiten por lo mismo. Y mientras tanto, concentrarte en una tarea concreta como leer, estudiar o simplemente pensar sin distracciones se vuelve cada vez más difícil.

Multitarea y fatiga cognitiva: por qué “hacer de todo” te hace rendir menos

Durante años nos hicieron creer que ser multitarea era una virtud. Pero la realidad es que el cerebro no puede hacer dos cosas que requieran atención al mismo tiempo. Lo que hace es saltar de una a otra, y en ese salto se pierde energía, memoria y rendimiento. Los estudios dicen que cambiar de tarea constantemente puede reducir hasta un 40 % la productividad y aumentar los errores. Además, esa sensación de “hacer mucho” genera cansancio mental sin resultados reales.

Señales de alarma: el momento en que tu estudio se convierte en doomscrolling

Todos lo hemos vivido. Esa situación donde empiezas buscando una definición o un vídeo educativo y, sin darte cuenta, llevas veinte minutos viendo clips que no tienen nada que ver. Esa deriva constante tiene nombre y se llama doomscrolling. Es el hábito de consumir contenido sin parar, incluso cuando sabes que no te está aportando nada. En el estudio se nota cuando cambias de pestaña cada pocos minutos, revisas el móvil “por si acaso” o sientes que no recuerdas lo que acabas de leer.

Las bases científicas para mejorar tu concentración

Ciclos ultradianos y ventanas de alto rendimiento

El cerebro no funciona igual todo el tiempo. Trabaja por ciclos que duran entre 90 y 120 minutos. En cada uno hay una fase de alta energía y otra de bajón. Saberlo ayuda a organizar mejor el estudio. Dedica los momentos de máxima concentración a tareas que requieran esfuerzo mental y deja las más mecánicas para después. Hacer pausas cortas entre ciclos también permite mantener la atención más tiempo y evitar el agotamiento.

Memoria de trabajo y carga cognitiva: reduce lo accesorio para concentrarte más

La memoria de trabajo es como una mesa pequeña: si está llena de cosas, no cabe nada más. Cuando estudias con demasiados estímulos (pestañas abiertas, notificaciones, vídeos de fondo) esa “mesa” se satura y el cerebro deja de procesar bien la información. La clave está en tener un entorno limpio, una sola tarea, materiales claros. Así el cerebro dedica toda su energía a lo importante y la comprensión mejora de forma natural.

Dopamina y recompensa: usa objetivos cortos para mantener la motivación

Mantener la concentración también tiene que ver con cómo te motivas. La dopamina, una sustancia que libera el cerebro cuando percibe una recompensa, juega un papel clave. No hace falta esperar al final del día para sentir esta sensación. Puedes dividir el estudio en metas pequeñas (leer tres páginas, repasar un tema, resolver cinco ejercicios) y reconocer cada logro activa ese circuito de recompensa.

Higiene digital: cómo concentrarse mejor en un mundo hiperconectado

Bloqueo de apps y listas blancas: herramientas para mantener la atención

Si cada vez que intentas concentrarte acabas mirando el móvil “solo un momento”, no estás solo. Las notificaciones están diseñadas para interrumpirte justo cuando tu cerebro empieza a enfocarse. Una forma eficaz de recuperar el control es usar apps que bloquean otras apps o webs durante un tiempo determinado. Herramientas como AppBlock o Freedom permiten crear tus propios periodos “libres de distracciones” y personalizar qué puedes abrir y qué no.

Ventanas sin redes: agrupa tus consultas y respuestas

Responder mensajes o revisar redes cada pocos minutos rompe por completo el ritmo de concentración. Una estrategia muy útil es crear “ventanas” concretas para hacerlo. Por ejemplo, revisar mensajes y notificaciones tres veces al día: a primera hora, después de comer y al final de la jornada. Así reduces los cambios de foco y mantienes la cabeza en lo que estás haciendo.

De hecho, estudios sobre higiene digital confirman que consultar el móvil de forma agrupada mejora la sensación de control y reduce la ansiedad asociada al “estar siempre disponible”.

Inbox cero académico: define horarios para tus correos y chats

Los correos y los chats de clase o trabajo pueden ser igual de absorbentes que las redes. Si los tienes abiertos todo el día, acabarás respondiendo de forma automática y perdiendo concentración. Lo ideal es aplicar el principio de “inbox cero”, o lo que es lo mismo, reservar un momento concreto del día para revisar y contestar, y mantener el buzón vacío el resto del tiempo. Por ejemplo, puedes dedicar media hora a media mañana y otra al final del día.

Cómo concentrarse mejor... también al estudiar online

Pestañas mínimas y modo lectura: menos estímulos, más comprensión

Estudiar online tiene muchas ventajas, pero también el riesgo del exceso de estímulos. Cada pestaña abierta es una tentación, un posible desvío. Mantener solo las que necesitas y usar el “modo lectura” del navegador te ayuda a centrarte en el contenido, sin anuncios, banners ni barras laterales. También puedes anotar los enlaces que quieras revisar más tarde para no romper el ritmo. Pequeños ajustes como este aumentan la comprensión y reducen el cansancio visual, sobre todo si pasas muchas horas frente a la pantalla.

Atajos de teclado y plantillas: automatiza lo rutinario

Cada clic, cada búsqueda de carpeta, cada formato que repites consume atención. Automatizar las tareas pequeñas libera espacio mental para lo importante. Aprender los atajos de teclado de tu procesador de texto o crear plantillas para los trabajos que haces con frecuencia ahorra mucho tiempo. También puedes usar extensiones o herramientas que te ayuden a organizar tus apuntes de manera automática.

Vídeos a 1.25x con pausas activas y apuntes inmediatos

Ver vídeos educativos o clases online puede ser muy útil si lo haces con cabeza. Reproducirlos a una velocidad ligeramente superior, como 1.25x, ayuda a mantener la atención y evita distracciones. Eso sí, conviene hacer pausas breves cada cierto tiempo para procesar lo que has visto y tomar apuntes. Ver un vídeo entero sin detenerte hace que la información se diluya. En cambio, si paras un momento y escribes las ideas clave, tu cerebro las consolida mejor.

Concentrarse mejor no solo tiene que ver con técnicas o herramientas, sino con cultivar una forma distinta de mirar lo que hacemos. Aprender a prestar atención también significa cuidar la mente, el tiempo y la curiosidad. En UNIE Universidad, compartimos muchas ideas y recursos sobre cómo hacerlo en nuestras redes sociales. Damos consejos prácticos, reflexiones breves y contenidos que te ayudan a entender y disfrutar más del aprendizaje en la era digital.

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