hero-blog
Bit Content

Consejos para padres sobre cómo apoyar a sus hijos en selectividad

Blog-consejos-padres-apoyar-hijos-selectividad

El papel de las familias en la vida de los hijos es mucho más importante de lo que muchas veces se percibe. No solo durante la infancia, cuando todo depende de los adultos, sino también en etapas clave de la adolescencia, cuando los hijos empiezan a tomar sus propias decisiones. En cada etapa importante —en cada decisión, en cada miedo, en cada logro— los padres siempre están presentes.

La Selectividad es uno de esos momentos clave. De pronto todo gira en torno a exámenes, notas de corte, nervios, horarios, expectativas... y, en medio de todo eso, la familia intenta ayudar y animar a su hijo de la mejor forma posible. Y sí, esto también es un reto importante.

Durante estos días es fácil sentir que los padres caminan sobre una cuerda floja. ¿Le digo algo o mejor le dejo a su aire? ¿Y si no quiere hablar? ¿Y si le veo agobiado y no sé cómo ayudar? Por eso, este artículo no pretende mostrar cómo hacerlo todo “bien”, porque cada hijo y cada familia es distinta. Esta guía recoge algunos consejos prácticos para hacer ese acompañamiento más llevadero, con sentido común. Porque en estos días intensos, el apoyo familiar sigue siendo una de las mejores herramientas para atravesar la Selectividad

Mantén un ambiente positivo y tranquilo en el hogar

En casa se nota todo. Si hay tensión, se contagia. Y si hay calma, también. Por eso, durante los días previos a la Selectividad, el ambiente en casa puede convertirse en un gran aliado. No se trata de fingir que todo está perfecto, pero sí de intentar que el hogar sea un lugar tranquilo, donde se respire confianza y no más presión de la que ya traen de fuera.

Cuidar los ruidos, evitar discusiones innecesarias y mantener rutinas ordenadas ayuda muchísimo. También es importante que tengan un espacio de estudio cómodo y bien organizado, sin distracciones ni interrupciones constantes. Algo tan simple como cerrar la puerta cuando están concentrados o no poner la tele muy alta puede ser determinante.

Ayuda a establecer un plan de estudio organizado y efectivo

Cuando todo se acumula en la cabeza, tener un buen plan es lo que evita el caos. Ayudarles a organizar su tiempo de forma realista —sin agobiar ni controlar— puede ser más útil que repasar con ellos una asignatura concreta. Lo que mejor funciona es dividir el estudio en bloques cortos (por ejemplo, de 45 o 50 minutos) con pequeños descansos entre medias. Así se evita la fatiga y se mejora la concentración.

También conviene alternar materias difíciles con otras más llevaderas, y reservar tiempo para repasar con exámenes de años anteriores. Tener un horario a la vista, aunque sea en una hoja en la nevera o en una pizarra, les ayuda a visualizar el tiempo y a sentirse más seguros.

Fomenta una alimentación saludable y un descanso adecuado

Durante la Selectividad, el cuerpo también estudia. Por eso necesita buena gasolina y suficientes horas de apagado. Saltarse comidas o tirar de ultraprocesados, bebidas energéticas y cenas a deshora no ayuda a rendir mejor, aunque parezca una solución rápida. Lo recomendable es mantener horarios estables y priorizar comidas sencillas, pero completas: fruta, huevo, pan integral, frutos secos, verdura… No hace falta complicarse demasiado, pero sí evitar excesos de azúcar, grasas o cafeína.

Y luego está el descanso, que a veces se subestima. Dormir bien —unas 8 horas por noche— es fundamental para que el cerebro funcione como toca.

Ofrece apoyo emocional: consejos de padres a hijos

La parte emocional es, muchas veces, la más complicada. Porque hay momentos en los que no saben ni lo que sienten, ni cómo decirlo. Y ahí, la forma de estar presentes importa mucho. No se trata de dar grandes discursos, basta con escuchar, estar disponibles cuando lo necesiten y no minimizar lo que les preocupa. A veces, solo necesitan desahogarse sin que nadie les corrija.

Evita las comparaciones y presiones innecesarias

Cuando se habla de Selectividad, es muy fácil caer —sin querer— en frases como “a ver si sacas mejor nota que tu primo” o “tienes que entrar en esa carrera como sea”. Pero este tipo de comentarios, aunque se digan con buena intención, añaden una presión que no ayuda. Comparar a alguien con otros solo consigue aumentar la inseguridad, y poner el foco en el resultado, en lugar del esfuerzo, convierte cada error en un drama.

La clave está en bajar un poco el volumen de la exigencia. Acompañar no significa exigir más, sino reconocer lo que ya se está haciendo. El mensaje que más ayuda en estos días no es “esperamos mucho de ti”, sino “estamos contigo, pase lo que pase”.

Establece expectativas realistas y flexibles

No todos los días van a ser igual de productivos, ni todos los temas van a salir perfectos a la primera. Lo importante es mantener un ritmo estable, ajustar lo que no funciona y celebrar los avances, por pequeños que sean. Una tarde de repaso tranquilo, un simulacro bien gestionado o un esquema que por fin se entiende puede ser más valioso que horas sin rumbo delante de los apuntes.

Respeta el ritmo individual de tu hijo

Cada persona tiene su manera de enfrentarse al estudio. Hay quien necesita repasar en voz alta, quien subraya con mil colores, quien estudia por la mañana temprano o quien rinde más por la noche. Obligar a seguir un método que no encaja solo crea frustración. No hay una única forma “correcta” de estudiar, ni un solo camino válido. Lo importante es que se sientan cómodos con su forma de aprender y que no se sientan constantemente juzgados por hacerlo diferente.

Promueve momentos de desconexión y actividad física

La cabeza no puede estar todo el día funcionando al 100%. Parar no es perder el tiempo, es parte del proceso. A veces se piensa que cuanto más horas se pasen delante del libro, mejor irá todo… y no es así. Sin pausas, el cerebro se bloquea, el cuerpo se cansa y el ánimo se viene abajo.

Por eso, incluir momentos para desconectar —aunque sean breves— ayuda mucho más de lo que parece. Y si esas pausas incluyen moverse un poco, mejor aún. Salir a pasear, estirar las piernas, subir las escaleras del portal, dar una vuelta en bici…

Actividades relajantes

Además del movimiento, también hay momentos en los que el cuerpo y la mente piden parar del todo. Basta con un rato de música tranquila, una ducha larga, un paseo en silencio o simplemente tumbarse cinco minutos con los ojos cerrados y respirar. Son gestos sencillos que ayudan a soltar tensión acumulada.

También puede ser útil probar ejercicios de respiración guiada, visualizaciones positivas o juegos de concentración. No como obligación, sino como herramientas que ayudan cuando la cabeza va a mil.

Ejercicio regular

Mover el cuerpo con regularidad mejora el estado de ánimo, ayuda a dormir mejor y libera mucha tensión acumulada. No es necesario apuntarse a un gimnasio ni seguir una rutina estricta. El ejercicio no tiene que ser intenso ni largo. Solo constante. Un rato cada día, lo que dé tiempo, pero que sea un momento para desconectar, moverse y sentirse bien en el cuerpo.

Infórmate sobre la selectividad y ayuda a tu hijo con la parte logística

En medio de tanto estudio, es fácil olvidar detalles prácticos: qué llevar el día del examen, dónde es exactamente, cuánto tarda el transporte, a qué hora hay que salir de casa, qué se puede llevar a la mesa… Tener todo esto claro de antemano evita imprevistos de última hora que pueden generar nervios innecesarios.

Saber con antelación qué documentación es obligatoria (como el DNI), qué normas hay en el aula, qué pasa si alguien se pone malo o se retrasa, cómo son los tiempos de cada prueba… da seguridad. Preparar juntos la mochila, organizar la ruta al centro o imprimir el horario puede parecer poca cosa, pero transmite sensación de control. Y eso, en esos días, es muy valioso.

Acompañar en la Selectividad no va de tener todas las respuestas ni de saber exactamente qué decir en cada momento. Va de estar. De guardar silencio cuando los nervios aprietan. De decir “lo estás haciendo muy bien” y que se note que es verdad. Porque en estos días lo que más se valora no son los consejos brillantes, sino la tranquilidad que da saber que, pase lo que pase, hay alguien que apoya. Y cuando todo esto pase —porque pasa— llega otra etapa, con nuevas decisiones y posibilidades. Explorar opciones universitarias, como las que ofrece UNIE Universidad, puede ser un buen punto de partida para pensar en el futuro con ilusión y realismo. Porque más allá de los exámenes, lo importante es que sigan sintiéndose acompañados en cada paso.

Solicita Información
UNIE UNIVERSIDAD S.L, tratará sus datos personales para contactarle e informarle del programa seleccionado de cara a las dos próximas convocatorias del mismo, pudiendo contactar con usted a través de medios electrónicos WhatsApp y/o correo electrónico) y por medios telefónicos, siendo eliminados una vez facilitada dicha información y/o transcurridas las citadas convocatorias

Ud. podrá ejercer los derechos de acceso, supresión, rectificación, oposición, limitación y portabilidad, mediante carta a UNIE UNIVERSIDAD S.L - Apartado de Correos 221 de Barcelona, o remitiendo un email a [email protected]. Asimismo, cuando lo considere oportuno podrá presentar una reclamación ante la Agencia Española de protección de datos.

Podrá ponerse en contacto con nuestro Delegado de Protección de Datos mediante escrito dirigido a [email protected] o a Grupo Planeta, At.: Delegado de Protección de Datos, Avda. Diagonal 662-664, 08034 Barcelona .