
Horario para estudiar selectividad: organiza tu tiempo de manera efectiva
Preparar la selectividad puede parecer el intentar subir una montaña algo complicada, pero lo cierto es que con un buen plan de estudio, el camino se hace mucho más llevadero. Tener claro qué estudiar, cuándo hacerlo y cómo organizarse puede evitar ese caos que surge al principio.
La planificación del tiempo de estudio es clave para que los días previos no se conviertan en una carrera contrarreloj. Saber cómo repartir las horas, qué asignaturas necesitan más atención y cuándo descansar, ayuda no solo a avanzar con seguridad, sino también a mantener la calma.
De hecho, desde UNIE Universidad lo tenemos claro: una buena organización es la base de cualquier reto académico. Por eso ofrecemos herramientas, orientación y acompañamiento para que los estudiantes puedan diseñar un plan de estudio que encaje con su ritmo y sus objetivos. Porque prepararse bien no es solo cuestión de esfuerzo, también lo es de estrategia y acompañamiento.
En este artículo vamos a ver paso a paso cómo crear tu propio horario de estudio para la Selectividad. Con ideas prácticas, recursos útiles y consejos para organizarte sin volverte loco. No necesitas fórmulas mágicas ni gurús del estudio. Solo un poco de orden, constancia y las ganas de dar lo mejor de ti.
Cómo crear un horario de estudio personalizado
Evaluación del tiempo disponible y asignaturas
Antes de lanzarte a estudiar, es fundamental saber con cuánto tiempo cuentas y cómo distribuirlo. Las fechas de la Selectividad 2025 varían según la comunidad autónoma, pero en general, se celebrará entre el 2 y el 13 de junio. Aquí te dejamos el calendario de la Comunidad de Madrid.
Haz un calendario desde hoy hasta el día del examen y marca las fechas importantes: exámenes finales, entregas de trabajos y, por supuesto, los días de la Selectividad. Así tendrás una visión clara de tus compromisos y podrás planificar mejor tus sesiones de estudio.
Establecimiento de metas de estudio concretas
Una vez que sepas cuánto tiempo tienes, es hora de fijar metas claras. En lugar de decir "estudiar Matemáticas", sé específico: "resolver 10 ejercicios de integrales", “estudiaré 2 temas” o "repasar fórmulas de geometría". Establecer objetivos concretos te ayudará a mantenerte enfocado y a medir tu progreso.
Además, es útil dividir el temario en bloques y asignar fechas límite para cada uno. Esto te permitirá avanzar de manera ordenada y evitará que dejes todo para el último momento.
Organización del estudio por asignaturas
No todas las asignaturas requieren el mismo esfuerzo ni el mismo tiempo. Identifica cuáles te resultan más difíciles y asigna más horas a su estudio. Por ejemplo, si Física se te da bien, pero Historia te cuesta, dedica más tiempo a esta última.
Pero lo que es importante es alternar asignaturas para evitar la monotonía. Estudiar diferentes materias en un mismo día puede mejorar tu concentración y ayudarte a retener mejor la información.
Diseño del calendario para la recta final
A medida que se acerque la fecha de la Selectividad, tu calendario de estudio debe adaptarse. En las últimas semanas, es recomendable intensificar el repaso y realizar simulacros de examen. Practicar con exámenes de años anteriores te familiarizará con el formato y te ayudará a gestionar mejor el tiempo durante la prueba real. Si puedes cronometrarte mientras haces estas pruebas, mejor que mejor, ya que te dará una idea aproximada de en que partes debes de prestar más atención y cuáles llevas mejor preparadas.
Implementación de bloques de estudio y descansos
Estudiar durante horas sin parar puede parecer productivo, pero en realidad, nuestro cerebro necesita pausas para funcionar al máximo. Una técnica efectiva es la técnica Pomodoro, que consiste en estudiar durante 25 minutos y luego descansar 5 minutos. Después de cuatro ciclos, se recomienda un descanso más largo de 15 a 30 minutos.
Durante los descansos, es importante alejarse del lugar de estudio, estirarse o tomar un poco de aire fresco. Estas pausas activas permiten que la mente se relaje y se prepare para la siguiente sesión de estudio.
Además, es útil planificar descansos más largos después de varias horas de estudio o al finalizar una semana intensa. Tomarse un día libre puede ayudar a recargar energías y mantener la motivación a largo plazo.
Uso de herramientas y plataformas para la planificación
Plantillas y recursos disponibles
Organizar el tiempo de estudio puede ser más sencillo con la ayuda de herramientas digitales. Aplicaciones como Trello permiten crear tableros para cada asignatura y dividir las tareas en listas, facilitando el seguimiento del progreso.
Otra opción es Google Calendar, que permite programar sesiones de estudio y recibir recordatorios. Además, Microsoft To Do es útil para crear listas de tareas y establecer fechas límite, ayudando a mantener el enfoque en los objetivos diarios.
Para aquellos que prefieren métodos más visuales, Canva ofrece plantillas personalizables de horarios de estudio. Estas plantillas permiten diseñar un calendario semanal adaptado a las necesidades individuales.
Recomendaciones para mantener un horario de estudio efectivo
Desconexión de dispositivos electrónicos
Uno de los mayores enemigos del estudio hoy en día es el móvil. Una historia en Instagram, un mensaje en el grupo, una alerta de TikTok… y cuando te das cuenta, has perdido media hora. Por eso, una de las claves para estudiar bien no es solo tener fuerza de voluntad, sino también aprender a desconectar.
Durante las sesiones de estudio, pon el móvil en modo "no molestar" o, si te cuesta más, déjalo en otra habitación. Puedes usar apps como Forest o Focus To-Do, que bloquean el uso de otras aplicaciones y te ayudan a concentrarte por intervalos de tiempo. Y muy importante: cuando acabes de estudiar y vayas a dormir, intenta no usar pantallas al menos media hora antes. El brillo del móvil o del portátil puede alterar el sueño, y descansar bien es igual de importante que estudiar.
Creación de un ambiente de estudio adecuado
Estudiar tumbado en la cama o con la tele de fondo puede parecer cómodo, pero lamentablemente, no es de gran ayuda. Lo mejor que puedes hacer es crear un rincón solo para estudiar, aunque sea en una esquina del salón. Con que esté limpio, ordenado y bien iluminado, es suficiente.
Ten siempre a mano lo que necesitas: bolígrafos, folios, el libro de texto, subrayadores... Una mesa despejada te ayuda a mantener la mente más centrada. Y si te cuesta arrancar, marca el comienzo del estudio con una rutina corta: poner música instrumental, preparar una botella de agua, abrir el calendario... lo que te funcione.
También ayuda mucho estudiar siempre a la misma hora. Si conviertes el estudio en un hábito, como lavarte los dientes, te costará menos empezar cada día. Y recuerda darte un pequeño premio cuando cumplas con tu horario: una merienda que te guste, un paseo corto, una llamada a alguien que te anime…
Organizarse, descansar, saber por dónde empezar... todo eso que parece tan difícil al principio, con un poco de ayuda se vuelve mucho más llevadero. Y justo para eso está el blog de UNIE Universidad, donde compartimos un montón de ideas que te pueden echar un cable en este proceso: desde cómo hacerte un buen horario hasta cómo motivarte cuando las pilas flojean. No es un sitio solo para leer cosas teóricas, sino para encontrar consejos útiles y realistas que puedes aplicar desde ya. Porque lo importante no es solo estudiar, sino hacerlo bien, con cabeza y cuidándote por el camino.