hero-blog
Bien Acompañado

Técnicas de estudio para selectividad: los métodos más efectivos

UNIE Universidad
Blog-técnicas-estudio-selectividad

Estudiar no es solo cuestión de “echarle horas”. Quien se ha enfrentado alguna vez a un examen importante sabe que, más allá de la motivación o la memoria, la forma en que organizamos el tiempo, procesamos la información y cuidamos nuestro propio bienestar también nos afecta. Y lo cierto es que muchas veces nos lanzamos a estudiar sin un método, como quien se mete en el mar sin saber nadar.

Pero el estudio, cuando se entiende como un proceso activo y bien diseñado, puede transformarse en algo mucho más llevadero. Hay técnicas que no solo ayudan a memorizar mejor, sino que también reducen el estrés, aumentan la confianza y mejoran el rendimiento sin necesidad de pasar noches en vela.

Desde UNIE Universidad, hemos querido reunir en este artículo una selección de herramientas, hábitos y consejos prácticos que puede servir a los estudiantes que buscan estudiar de forma más inteligente para el examen de selectividad. Un examen que, pese a que en un principio puede parecer algo abrumador, con las estrategias adecuadas es mucho más manejable de lo que parece.

Técnicas de estudio eficaces

Método Pomodoro para la gestión del tiempo

El Método Pomodoro, ideado por Francesco Cirillo en los años 80, es una estrategia de gestión del tiempo que propone algo muy simple: estudiar durante 25 minutos sin distracciones y luego hacer una pausa de 5. Cuando completas cuatro bloques, te tomas un descanso más largo, de unos 15 o 20 minutos.

Es una técnica muy útil cuando te cuesta empezar o tiendes a dispersarte con el móvil o cualquier otra cosa. La clave está en saber que solo tienes que concentrarte durante un rato corto. Y sí, funciona. Te obliga a estar presente y a respetar tus propios tiempos. Además, hay aplicaciones y temporizadores específicos que lo hacen todavía más fácil de aplicar.

Técnica Feynman para la comprensión y memorización

La idea de esta técnica es sencilla: si de verdad entiendes algo, deberías poder explicarlo con tus propias palabras como si se lo contaras a alguien que no tiene ni idea del tema.

Funciona muy bien porque te obliga a salir del modo “copiar y pegar” y pasar a un modo donde “personalizas” la información. Puedes coger un papel y escribir lo que sabes, grabarte explicándolo en voz alta o incluso contárselo a alguien. Al enseñar el contenido, se refuerza la comprensión y se facilita la memorización. Además, es una manera muy clara de detectar los puntos débiles y reforzarlos.

Método SQ3R para la lectura activa

Leer no es lo mismo que aprender. A veces pasamos páginas y páginas y creemos que ya hemos retenido la información, pero en realidad no nos quedamos con casi nada. El método SQ3R ayuda a que la lectura sea más intencional y te quedes con lo importante. Tiene cinco pasos:

  1. Survey (explorar): echar un vistazo rápido al texto para entender de qué trata.
  2. Question (preguntar): pensar qué te gustaría aprender de ese contenido.
  3. Read (leer): leer con esas preguntas en mente, buscando respuestas.
  4. Recite (resumir): contar lo aprendido con tus propias palabras.
  5. Review (repasar): volver a revisar el contenido unos días después.

Uso de mapas mentales y esquemas

Hay personas que necesitan ver la información organizada de forma visual para entenderla mejor. Si es tu caso, los mapas mentales y los esquemas pueden ser la técnica que necesitas. Los mapas mentales parten de una idea central y se ramifican con palabras clave, dibujos o colores que conectan ideas entre sí. Son geniales para repasar o para hacer lluvia de ideas antes de un trabajo o exposición.

Los esquemas, en cambio, son más lineales: resumen el contenido en frases breves y organizadas jerárquicamente. Son perfectos para ver de un vistazo la estructura de un tema. Si además los haces a mano, el aprendizaje se refuerza mucho más.

Elaboración de resúmenes y subrayado

Subrayar y hacer resúmenes no es perder el tiempo. Al revés: es una forma de ahorrar energía mental para más adelante. Cuando subrayas bien, estás señalando lo que merece la pena recordar. Y cuando haces un buen resumen, estás convirtiendo un tema largo y denso en algo tuyo, digerido, más fácil de revisar justo antes del examen.

El truco para subrayar no está en pintar todo el texto, sino en saber elegir. Muchos usan colores para organizar la información —uno para fechas, otro para definiciones, otro para nombres—, pero lo importante es que a ti te ayude a verlo claro.

Después de subrayar, el siguiente paso es hacer un resumen. No se trata de copiar, sino de explicarte a ti mismo lo que has entendido con tus propias palabras. Si puedes, escribe el resumen a mano: eso activa otras partes del cerebro y refuerza lo que estás aprendiendo.

Uso de recursos y herramientas

Aprovechamiento de la tecnología como herramienta de estudio

Hoy en día tienes un montón de herramientas al alcance de la mano que pueden hacerte la vida mucho más fácil a la hora de estudiar. Lo mejor es que muchas son gratuitas y están pensadas justo para eso.

  • Notion: perfecta si quieres tener tus apuntes, tareas, calendario y recordatorios en un mismo sitio. Te permite crear tu propio sistema, muy visual y flexible.
  • Google Drive: no solo para guardar archivos, sino para trabajar en grupo, crear documentos compartidos y tenerlo todo ordenado sin miedo a perderlo.
  • Kahoot! o Quizlet: convierten el repaso en un juego. Puedes crear tests, repasar definiciones o preparar flashcards, ideal para estudiar antes de un examen. 
  • Moodle: muchas universidades y centros lo usan para subir temario, dejar tareas y hacer tests de prueba. Familiarizarte con él es una buena idea.

Práctica y simulacros de examen

Estudio con pruebas de años anteriores

No hay mejor forma de preparar un examen que enfrentarte a uno real… antes de que llegue el día. Los exámenes de años anteriores no solo te sirven para repasar, sino para entender cómo formulan las preguntas, qué tipo de contenidos suelen caer y cómo gestionar el tiempo.

Lo ideal es que reserves un momento concreto de tu semana para hacer un simulacro. Busca un sitio tranquilo, marca el tiempo con un cronómetro y haz el examen como si fuese el de verdad. Cuando termines, revisa tus respuestas y fíjate en qué fallaste, no para castigarte, sino para saber en qué tienes que insistir.

Esta práctica, aunque parezca sencilla, te da dos cosas muy potentes: te quita el miedo al examen y te muestra, con claridad, qué partes ya dominas y cuáles no. Es una manera muy eficaz de preparar la mente para el día importante.

Si estudias para pruebas oficiales (como la EVAU, oposiciones o exámenes de acceso), casi siempre hay bancos de exámenes online o incluso en la web del propio centro educativo.

Control del estrés y manejo de la ansiedad

Estudiar muchas horas seguidas, con fechas límite rondando la cabeza, puede ser agotador. Y no solo en lo físico: también mentalmente. El cuerpo se tensa, cuesta concentrarse y, sin darte cuenta, acabas atrapado en un bucle de nervios y bloqueo.

Una herramienta sencilla que puedes usar para romper ese ciclo es la respiración consciente. Basta con parar un minuto y respirar profundo: inhala por la nariz contando hasta cuatro, aguanta un par de segundos, y suelta el aire lentamente por la boca contando hasta seis. Otra técnica que funciona muy bien es tensar y relajar distintos grupos musculares, uno a uno: primero los pies, luego las piernas, los hombros, el cuello… Aprietas durante unos segundos y después sueltas. Es como hacerle un "reset" al cuerpo.

Además, no todo es estudiar. A veces, el mejor repaso que puedes hacer es salir a dar un paseo, tomar algo con tus amigos o ver un capítulo de tu serie preferida. Organizar tu tiempo no es solo cuestión de meter horas de estudio en el calendario, también es importante reservar espacio para desconectar. Puedes usar un planificador o incluso una app de calendario para marcar cuándo estudias y cuándo paras. Si solo te dedicas a estudiar, el cerebro acaba saturado. Y eso no ayuda.

Hábitos saludables

Dormir poco y mal se nota. Cuesta más concentrarse, memorizar y hasta mantener el ánimo. Lo mismo pasa cuando comes mal. Dormir entre 7 y 9 horas es una necesidad, porque durante el sueño el cerebro ordena todo lo que ha aprendido durante el día.

Y sobre la comida: intenta meter frutas, verduras, legumbres, frutos secos… y no te saltes comidas. Un truco muy útil es preparar algo la noche antes para no comerte lo primero que cojas de la nevera cuando tienes prisa. Tener una botella de agua a mano también ayuda, que a veces nos olvidamos de beber y eso también afecta a la concentración.

Además, un ambiente de estudio propicio también puede ayudarte más de lo que piensas. Necesitas un sitio donde puedas concentrarte sin interrupciones: puede ser una mesa en tu cuarto, una esquina de la biblioteca o una cafetería tranquila. Si puedes, intenta que siempre sea el mismo sitio, para que tu cerebro lo asocie automáticamente con “modo estudio”.

Estudio en grupo y colaboración

Beneficios del estudio en grupo

Al estudiar en grupo compartes apuntes, resuelves dudas, te explican cosas que no te habían quedado claras… y tú también acabas explicando a otros.

Además, estar rodeado de otras personas que también están estudiando te mete en dinámica. Te da ritmo. Y si un día estás desmotivado, siempre habrá alguien que te empuje un poco. Una cosa muy práctica del estudio en grupo es que puedes dividir tareas. Por ejemplo, si hay varios temas, cada persona puede preparar uno y luego compartir un resumen o explicarlo al resto. Eso ahorra tiempo y, a la vez, multiplica el contenido que manejas.

Eso sí, no todos los grupos funcionan. Lo ideal es que os toméis un momento para organizar cómo vais a estudiar: qué días, qué temas, cuánto tiempo, si vais a hacer descansos… Tener un pequeño plan ayuda a que el estudio no se convierta en una charla sin rumbo. Y si un grupo no te funciona, no pasa nada: busca otro que encaje más contigo.



Estudiar no es solo memorizar apuntes ni tachar temas de una lista: es también conocerse, probar métodos, equivocarse y volver a empezar. A veces cuesta, otras se hace más llevadero, pero siempre merece la pena. Por eso, si estás en ese momento en el que te juegas mucho —como la Prueba de Acceso a la Universidad—, no estás solo. Si además estás buscando un entorno donde crecer de verdad, con una formación práctica y adaptada al mundo de hoy, te recomendamos echar un vistazo a lo que ofrece UNIE Universidad. Porque estudiar bien no es cuestión de suerte: es cuestión de saber cómo, con qué y con quién.

Logo UNIE 3
UNIE Universidad
Solicita Información
UNIE UNIVERSIDAD S.L, tratará sus datos personales para contactarle e informarle del programa seleccionado de cara a las dos próximas convocatorias del mismo, pudiendo contactar con usted a través de medios electrónicos WhatsApp y/o correo electrónico) y por medios telefónicos, siendo eliminados una vez facilitada dicha información y/o transcurridas las citadas convocatorias

Ud. podrá ejercer los derechos de acceso, supresión, rectificación, oposición, limitación y portabilidad, mediante carta a UNIE UNIVERSIDAD S.L - Apartado de Correos 221 de Barcelona, o remitiendo un email a [email protected]. Asimismo, cuando lo considere oportuno podrá presentar una reclamación ante la Agencia Española de protección de datos.

Podrá ponerse en contacto con nuestro Delegado de Protección de Datos mediante escrito dirigido a [email protected] o a Grupo Planeta, At.: Delegado de Protección de Datos, Avda. Diagonal 662-664, 08034 Barcelona .