Experiencias de selectividad: historias reales de estudiantes de UNIE
En la época de Selectividad, cada año, en los pasillos, en casa o en la biblioteca, vuelven a sonar los mismos temas: qué hacer la noche antes del examen, cómo organizarse el estudio, si es mejor repasar con música o en silencio. Hay listas de consejos, hilos en redes y vídeos que prometen la fórmula perfecta para llegar con la cabeza fría y los apuntes bien asimilados. Pero la realidad es que, más allá de estos trucos, cada persona vive la Selectividad a su manera.
Por eso, en este artículo queremos compartir experiencias y opiniones sobre estudiantes que ya pasaron por ahí. Gente que no solo aprobó, también aprendieron qué les funcionó y qué no, y están aquí para contarlo. Aquí encontrarás estrategias útiles, consejos que sí sirven y, sobre todo, la certeza de que no estás solo.
UNIE Universidad promueve un modelo de enseñanza conectado con la realidad, donde lo académico se combina con lo personal y lo profesional desde el primer día. Su comunidad de estudiantes es tan diversa como sus grados, y sus historias reflejan ese enfoque práctico, humano y orientado al futuro.
Opiniones sobre la preparación para la selectividad
Prepararse para la Selectividad no es igual para todo el mundo. Hay quien empieza con meses de antelación y otros que aprietan al final. Pero hay algo en lo que casi todos coinciden: tener una rutina clara ayuda, y mucho. Por ejemplo, algunos estudiantes de UNIE contaban que les funcionó dividir el temario por semanas y repasar con esquemas al final del día. Nada de atracones. Constancia y repaso diario.
También otros alumnos insisten en combinar el estudio individual con sesiones en grupo, sobre todo para resolver dudas y contrastar ideas. En la práctica, eso se traduce en estudiar por tu cuenta por la mañana y hacer videollamadas con tus compañeros por la tarde para repasar los puntos más complicados
También, muchos coinciden que al principio del curso, lo importante es organizarse, hacer resúmenes propios y entender los conceptos. Pero en las últimas semanas, todo gira en torno a repasar, practicar exámenes y ganar seguridad.
Estrategias de estudio efectivas de los estudiantes de UNIE
Los estudiantes de UNIE han probado de todo, pero algunas estrategias destacan por encima del resto. Una de las más repetidas es la técnica Pomodoro, de la que hemos hablado en este blog: bloques de 25 minutos de estudio con descansos de 5.
También hablaron mucho de los simulacros. Hacerse un examen real, con tiempo límite, sin mirar apuntes, te pone en situación y te quita presión para el día de verdad. Esos ensayos les ayudaron a controlar los nervios, a entender cómo repartir bien el tiempo entre preguntas largas y cortas, y a darse cuenta de qué partes del temario necesitaban estudiar un poco más.
Experiencias en el manejo del estrés durante la selectividad
El estrés es el invitado que nadie quiere pero que siempre se presenta en Selectividad. Y aunque no se puede evitar del todo, sí se puede aprender a llevarlo mejor. Algunos estudiantes de UNIE compartieron trucos muy personales: desde salir a caminar cada tarde para despejarse, hasta preparar la mochila del examen la noche antes para evitar olvidos de última hora.
Dormir bien fue otro tema recurrente. Varios confesaban que cuando dormían menos para “aprovechar el tiempo”, al día siguiente rendían la mitad. Así que optaron por cuidar el sueño como si fuera parte del temario. Y algo que pareció clave: hablar con alguien. Ya sea un compañero, un profe o un familiar. A veces, simplemente contar cómo te sientes alivia más que cualquier tabla de ejercicios de relajación.
Consejos prácticos para afrontar la selectividad con éxito
Importancia de la puntualidad y la logística del día del examen
No subestimes lo importante que es llegar tranquilo al examen. Eso empieza, literalmente, por saber cómo vas a llegar. Si tienes que coger transporte público, mira los horarios el día antes. Si vas en coche, piensa en el tráfico o en dónde aparcar. Incluso si vives cerca, pon la alarma con tiempo de sobra.
El día anterior, deja todo preparado: el DNI, los bolis (mejor más de uno), corrector si lo usas, una botella de agua y algo para picar si te toca una jornada larga. Ah, y revisa si en esa prueba puedes llevar calculadora o algún material especial, porque no hay nada más frustrante que llegar y darte cuenta de que te falta justo eso.
Estrategias para responder eficazmente a las preguntas
Una vez dentro, toca ponerse serio, pero con cabeza. Muchos alumnos de UNIE aseguran que la clave está en no lanzarte como loco a escribir. Lee todo el examen primero, subraya lo que entiendas bien y empieza por ahí. Esto no solo te da seguridad: te ahorra tiempo al no quedarte atascado en la primera que no sabes.
Muchos estudiantes que ya han pasado por Selectividad insisten en algo: responde lo que te piden, no lo que tú te sabes. Parece una tontería, pero a veces es fácil ‘emocionarse’ escribiendo y perder el foco en lo importante.
Y al acabar, siempre que puedas, revisa. No para cambiar todo a última hora, sino para asegurarte de que has escrito lo que querías decir y que no hay errores tontos que te resten puntos.
Organización y gestión del tiempo durante las pruebas
Aquí es donde se ganan (o se pierden) puntos sin que te des cuenta. Divide el tiempo del examen antes de empezar. Si tienes, por ejemplo, 90 minutos y tres preguntas largas, calcula unos 25 minutos para cada una y deja un margen al final para revisar.
Hay quien lleva un reloj sencillo para controlar el tiempo sin depender del móvil (que ni se te ocurra tener a la vista). Otros simplemente se marcan avisos mentales: “a la media hora, tengo que estar en la segunda pregunta”.
Los que han practicado con modelos de examen reales suelen gestionar mucho mejor los tiempos porque ya saben lo que se tarda en escribir una redacción o resolver un problema. Así que antes del gran día, haz simulacros cronometrados. Es la mejor forma de entrenar.
Reflexiones post-selectividad y lecciones aprendidas
Cuando acabas la Selectividad, lo primero que llega es una mezcla de alivio y vacío. Después de tantas semanas pensando solo en exámenes, de repente tienes tiempo… y mil preguntas en la cabeza. ¿Me habrá salido bien? ¿Y si suspendí justo esa que pensaba que controlaba?
La mayoría de estudiantes coinciden en lo mismo: una vez pasa el susto, te das cuenta de todo lo que has aprendido, y no solo del temario. Aprendes a organizarte, a priorizar, a calmar los nervios y, sobre todo, a confiar en ti. Porque al final, la Selectividad no es solo un examen, es una prueba de resistencia mental.
Algunos se quedan con la lección de que podrían haber empezado antes, otros de que no merece la pena agobiarse tanto. Pero todos salen con una sensación de haber cerrado una etapa. Y eso, en sí mismo, ya es un logro.
Y si te has quedado con ganas de seguir escuchando voces reales, consejos que salen de la experiencia y no solo de los apuntes, pásate por el Instagram de UNIE Universidad. Allí compartimos reflexiones, aprendizajes, anécdotas y trucos para que esta etapa no se te haga tan cuesta arriba. Porque cuando ves que otros han pasado por lo mismo y lo cuentan con naturalidad, todo se siente un poco más fácil.
