
Neuroeducación en el aula: cómo aprende el cerebro en las distintas etapas educativas
“Un hombre paralizado es capaz de mover un cursor con la mente”. Esta noticia, que dio la vuelta al mundo, explica como es gracias a un chip implantado en su cerebro por Neuralink, la empresa de Elon Musk. Pero más allá del espectáculo mediático, este avance nos recuerda algo esencial: el cerebro es una máquina extraordinaria con un potencial inmenso que apenas empezamos a comprender. Y si podemos conectar una mente a un ordenador, ¿cómo no vamos a replantearnos también cómo enseñamos, cómo aprendemos, cómo crecemos?
La neurociencia lleva años estudiando qué ocurre en nuestro cerebro cuando aprendemos: desde la plasticidad cerebral hasta la gestión emocional, pasando por la importancia del movimiento, el juego o el descanso en el desarrollo cognitivo. Este enfoque, conocido como neuroeducación es una revolución que ya se está aplicando en muchas de las aulas.
Si te interesa formarte desde esta perspectiva, UNIE Universidad ofrece una propuesta académica que pone al estudiante y al conocimiento científico en el centro. Desde el Grado en Educación Infantil, orientado a los primeros años del desarrollo, al Grado en Educación Primaria, que te prepara para diseñar experiencias de aprendizaje con base pedagógica y emocional, hasta el Máster en Necesidades Educativas Especiales, donde la neuroeducación se convierte en herramienta clave para la inclusión y la atención personalizada.
¿Qué es la neuroeducación?
La neuroeducación es una forma de entender la enseñanza desde lo que sabemos del cerebro. En lugar de basarnos solo en métodos tradicionales o intuiciones, este enfoque parte de investigaciones científicas sobre cómo aprendemos, cómo nos motivamos y qué factores influyen en ese proceso.
Así funciona el cerebro cuando aprendemos
Plasticidad cerebral y neurogénesis
Una de las claves más potentes que nos ha dado la ciencia es entender que el cerebro no es algo fijo: cambia constantemente. Esa capacidad de adaptación se llama plasticidad cerebral. Cada vez que aprendemos algo nuevo, se crean o fortalecen conexiones entre nuestras neuronas. Si repetimos algo muchas veces, esa conexión se vuelve más fuerte.
Además, en ciertas zonas del cerebro —como el hipocampo, relacionado con la memoria— seguimos generando nuevas neuronas durante toda la vida. Esto se llama neurogénesis, y se activa especialmente con experiencias que nos estimulan: moverse, resolver problemas, estar en contacto con otras personas, hacer cosas nuevas…
Gestión emocional en el proceso de aprendizaje
Aprender no es solo cuestión de lógica o memoria. Si un niño o niña está tranquilo, motivado o se siente seguro en el aula, su cerebro está más preparado para captar información y recordarla. Si está estresado, triste o desconectado emocionalmente, esa capacidad se reduce.
La parte del cerebro que gestiona las emociones —la amígdala— tiene un papel directo en cómo se fijan los recuerdos. Por eso, cuando algo nos emociona, lo recordamos más tiempo.
Neuroeducación en la educación infantil
Adaptación del aprendizaje al desarrollo individual
Durante los primeros años de vida, el cerebro crece a un ritmo increíble. No todos los niños aprenden igual ni al mismo tiempo. En esta etapa, más que llenar cabezas de datos, se trata de acompañar el descubrimiento del mundo. A través del lenguaje, el movimiento, los sentidos y las relaciones, los más pequeños construyen las bases de todo lo que vendrá después.
En el Máster en Psicopedagogía online de UNIE, esta mirada se aplica desde un enfoque práctico, para formar profesionales capaces de intervenir de forma personalizada en centros educativos y proyectos socioeducativos.
Integración del juego en el aula y fomento de la creatividad
Jugar es aprender. No es una pérdida de tiempo, ni una recompensa, ni algo que se hace “si sobra tiempo”. Cuando un niño juega, activa muchas áreas del cerebro a la vez: piensa, se mueve, resuelve, imagina, colabora. El juego permite experimentar, equivocarse y probar sin miedo. Y eso es justo lo que necesita un cerebro en desarrollo.
En el Máster en Tecnología Educativa online de UNIE, se profundiza precisamente en cómo integrar metodologías activas y entornos digitales para potenciar la motivación, la participación y la creatividad desde edades tempranas.
Neuroeducación en la educación primaria
Uso del feedback en la evaluación formativa
En primaria, los niños ya manejan ciertos hábitos y empiezan a construir su identidad como aprendices. Aquí entra en juego algo esencial: el feedback. Desde la neurociencia sabemos que recibir ese tipo de retroalimentación activa los circuitos de recompensa del cerebro, libera dopamina y refuerza el aprendizaje.
Estimulación multisensorial en el aula
Cuantos más sentidos usamos al aprender, más fuerte se graba lo que aprendemos. Ver, oír, tocar, moverse, imaginar… Todo suma. Por eso, en primaria es tan útil que los contenidos se presenten de forma variada. Una actividad que combine texto, imagen, música y movimiento tiene muchas más posibilidades de ser recordada que una explicación lineal. Además, este tipo de aprendizaje es más inclusivo, porque llega a diferentes estilos y formas de aprender.
Neuroeducación en la educación secundaria
Técnicas de estudio basadas en la neurociencia
Durante la secundaria, muchos estudiantes se enfrentan por primera vez a una carga de contenidos que les obliga a organizarse mejor. Pero pocas veces se les enseña cómo estudiar. Aquí es donde la neuroeducación y ciertas técnicas de estudio:
- Por ejemplo, se ha demostrado que repasar un tema varias veces en días distintos —en lugar de hacerlo todo la noche anterior— ayuda a fijarlo mucho mejor en la memoria. Esto se llama práctica espaciada, y es una de las técnicas más efectivas según la neurociencia.
- Otra estrategia útil es el autocuestionamiento, que consiste en hacerse preguntas sobre lo que se está aprendiendo, sin mirar los apuntes: “¿qué decía este concepto?”, “¿cómo lo explicaría con mis palabras?”. Este ejercicio activa la memoria de forma más profunda que simplemente volver a leer el texto.
Desarrollo de la autorregulación y la motivación
A esta edad también es importante que los chicos y chicas aprendan a gestionar su atención, su tiempo y sus emociones. En otras palabras: a autorregularse. No es algo que se consiga de un día para otro, pero se puede entrenar. Una técnica sencilla es dividir las tareas en partes pequeñas, con pausas entre medias. Esto reduce la sensación de agobio y mejora la concentración.
Si te interesa formarte para implementar estos principios en el aula, el Máster en Formación del Profesorado online de UNIE ofrece herramientas concretas y actuales para acompañar a los estudiantes desde una perspectiva científica y emocional.
Neuroeducación en el bachillerato
Desarrollo de habilidades ejecutivas y pensamiento crítico
En bachillerato, la exigencia sube. Ya no basta con memorizar: hay que analizar, interpretar, tomar decisiones. Para eso, entran en juego las llamadas habilidades ejecutivas, como la planificación, el control de impulsos o la toma de perspectiva.
Desde la neuroeducación, se pueden reforzar con pequeñas rutinas de aula. Por ejemplo, antes de empezar un trabajo, dedicar unos minutos a organizar los pasos a seguir. O después de una actividad, reflexionar sobre qué ha ido bien y qué se puede mejorar.
Preparación para la educación superior
El paso a la universidad puede ser un cambio grande. Por eso, cuanto antes se trabaje la autonomía, mejor. En bachillerato, conviene que el alumnado empiece a asumir más responsabilidad sobre su forma de estudiar, sus horarios y sus decisiones. La neuroeducación propone crear espacios donde puedan probar, equivocarse y aprender sin miedo, y donde el error se vea como parte del proceso, no como un fracaso.
Neuroeducación en la universidad
Fomento de la creatividad y la investigación avanzada
En la universidad, el aprendizaje cambia de enfoque: ya no es solo adquirir conocimientos, sino empezar a crear algo propio. Por eso es tan importante desarrollar la creatividad y el pensamiento flexible. La neuroeducación puede ayudar a diseñar clases menos centradas en la teoría y más en el descubrimiento. Por ejemplo, trabajar por proyectos, plantear retos reales o fomentar el debate entre estudiantes de distintas disciplinas.
También se ha visto que la colaboración y el trabajo en grupo, cuando están bien guiados, activan áreas del cerebro relacionadas con la empatía, el lenguaje y la memoria.
Aplicaciones avanzadas de la neurociencia en la enseñanza superior
En algunas universidades ya se están empezando a usar herramientas inspiradas en la neurociencia: programas que adaptan los contenidos según el ritmo del estudiante, plataformas con análisis de atención o dinámicas basadas en el neurofeedback. Aunque aún no son muy comunes, abren la puerta a una educación mucho más personalizada y eficaz.
Consideraciones para implementar la neuroeducación
Formación y adaptación de los docentes
Todo esto solo es posible si quienes enseñan tienen acceso a una formación adecuada. La neuroeducación no exige que los docentes sean neurocientíficos, pero sí que conozcan las bases: qué ayuda a recordar, qué bloquea el aprendizaje, qué papel juegan las emociones o cómo adaptar los métodos según la etapa. Invertir en esta formación es apostar por una enseñanza más efectiva, más humana y más actual.
Uso de tecnologías emergentes en la neuroeducación
La tecnología también puede ser una gran aliada. No solo por las apps educativas o las pizarras digitales, sino por todo lo que permite observar, medir y ajustar el aprendizaje. Herramientas que detectan cuándo baja la atención, plataformas que se adaptan al ritmo del estudiante o juegos que trabajan funciones cognitivas… todo eso puede integrarse en el aula si se usa con criterio.
Eso sí: la tecnología nunca sustituye al vínculo. Lo más poderoso sigue siendo el acompañamiento de una persona que observa, pregunta, escucha y guía.
Entender cómo aprende el cerebro cambia la forma en que enseñamos. Nos ayuda a dejar atrás métodos que no funcionan, a conectar mejor con nuestros alumnos y a crear clases donde realmente se aprende, no solo se aprueba.
Y lo mejor es que no hace falta ser neurocientífico para aplicar estas ideas, solo hace falta formarse con criterio y tener ganas de mirar la educación desde otro lugar. Si quieres dar ese paso, el Máster en Formación del Profesorado online de UNIE te da las herramientas para hacerlo de forma práctica, actualizada y pensada para el aula real, con alumnos reales. Porque enseñar también se aprende.